Son cerca de 30 los sistemas de seguridad que la Comisión Europea quiere hacer obligatorios, ya a partir de 2022, en todos los nuevos automóviles. Muchos de ellos ya están disponibles en vehículos de gama alta, pero el objetivo es democratizar los y montarlos incluso en los modelos más accesibles.

En la parte superior de la mesa están dispositivos que no deben suscitar ninguna contestación, como el Lane-Keeping Assistance, que mantiene el vehículo dentro de su carril, el sistema de ayuda a la marcha atrás con cámara y sensores (radar) para evitar accidentes por falta de visibilidad, o un dispositivo que registre todo lo que sucede a bordo y lo que es filmado por las cámaras delantera y trasera, para ser utilizado en caso de accidente. Por lo tanto, poniendo así un punto final a las eternas excusas del tipo «el coche empezó a acelerar solo», o «la señal de prohibido no era visible», o aún «me detuvo pero el carro no obedeció».

Más problemático será la implementación de ISA o Intelligent Speed ​​Assistance, que está destinada a acabar con los excesos de velocidad, con el vehículo a impedir que el conductor abuse. Esencialmente, el ISA ya través del GPS, tendrá conocimiento de la velocidad máxima en cada país (ciudad, carreteras y autopistas), para luego las cámaras «leer» los límites de velocidad en cada zona, auto limitando el automóvil y obligando al cumplimiento.

Otro dispositivo que promete causar escalofríos a algunos conductores es lo que evalúa el estado del conductor a través de cámaras, se revela signos de somnolencia, intoxicación (alcohol o drogas) o faltas de atención en relación a la carretera, por estar mirando el teléfono móvil, por ejemplo. El objetivo, en una primera fase, es avisar al conductor, pero como quedará todo grabado, causará problemas para el conductor en caso de accidente. Y en una fase posterior, la finalidad es impedir que el vehículo prosiga viaje si las condiciones de seguridad no están garantizadas. Esta solución es similar a la que Volvo presentó la semana pasada y que piensa introducir en todos sus vehículos en breve.

Antonio Avenoso, director ejecutivo del Consejo Europeo para la seguridad del transporte por carretera, etiquetó estas medidas como bienvenidas, siendo capaz de salvar 25.000 vidas al año en 2038, con la comisaria europea de la industria Elzbieta Bienkowska a esperar que la introducción masiva de estos nuevos dispositivos de seguridad no acarrean aumentos en los precios de los automóviles nuevos.

La ACEA, el lobby de los constructores europeos de automóviles, por un lado aplaudió el objetivo de salvar vidas, pero por otro llamó la atención que sólo invertir en la tecnología del automóvil puede no ser suficiente. La asociación pretende así obligar a que también las vías de carretera evolucionan, así como el comportamiento de los conductores. Sin embargo, no insistió en el ataque que realizó en el pasado reciente en relación a la implementación del ISA.

Las propuestas de la Comisión Europea ahora se votarán en el Parlamento Europeo, donde no se esperan dificultades en su aprobación, aunque la votación sólo debe suceder después de las próximas elecciones, programadas para mayo.